Impulso del ajedrez masivo en las escuelas.

Por Francisco Valdes Alonso

Cuando se inicie curso escolar  2020-21, la masificación del ajedrez en todos los niveles educativos será tema importante del convenio que firmaran el Ministerio de Educación y el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER).

Desde la llegada de la Revolución cubana en 1959, Fidel Castro Ruz introdujo el ajedrez no sólo como deporte, sino como herramienta de educación de masas.

Consideró desde entonces que: “Masificar el ajedrez colocaría a este país con mucha más capacidad de pensar, más eficiente; es como saber una asignatura básica”.

Miles de estudiantes de toda Cuba a finales de la década del 80 del pasado siglo aprendieron y desarrollaron en las escuelas  sus habilidades en el también conocido como juego ciencia.

En 2002 el entusiasmo era tal que se organizó en la Plaza de la Revolución de la Habana una simultánea que por el número de tableros se convirtió en récord mundial y del libro Guinnes.

De aquella  y otras experiencias, el Comandante en Jefe recomendó desarrollar, a través del programa Universidad para Todos, cursos televisados de ajedrez con prestigiosos ajedrecistas cubanos.

José Raúl Capablanca tercer Campeón Mundial de Ajedrez  sobre la importancia para el desarrollo mental de niños y jóvenes expresó: “El Ajedrez es algo más que un juego, es una diversión intelectual, que tiene algo de arte y mucho de ciencia, es además un medio de acercamiento social e intelectual. A mi juicio el Ajedrez debía formar parte del programa escolar de todos los países.”

Según investigaciones del periodista Jesús G. Bayolo, Simón Bolivar  fue el primer gran estadista del mundo en recomendar que el ajedrez fuera parte de la enseñanza pública de niños y adolescentes.

El Che fue impulsor de una obra sin precedente de masificación ajedrecística, su sentencia: “vamos a tener Grandes Maestros y eso será también obra de la Revolución” se ha cumplido sobremanera en Cuba.

 Está demostrado científicamente que practicar el ajedrez mejora las facultades espaciales, numéricas y organizativas, la planificación de tareas y la capacidad de decisión.

 También influye positivamente en la capacidad de concentración, la memoria, el pensamiento analítico y el afán de superación.

Por eso este nuevo impulso a su práctica masiva  a partir de noviembre en las escuelas  debe convertir a Cuba en un gran tablero de ajedrez.