Ejemplo de revolucionario

Por Francisco Valdes Alonso

Alfonso Valdés Cabrera mártir sanjuanero estaría cumpliendo esta 20 de octubre 84 años.

Hijo de campesinos pobres, Alfonso se formó en el amor al trabajo para ayudar al sostén de la familia, en la honestidad y en el deseo de cambiar aquella situación junto a sus cinco hermanos.

Desde 10 años comienza a trabajar en labores agrícolas a la par que asistía a la escuela del Chuco de Morejón en San Juan y Martínez para alcanzar el sexto grado, no pudiendo continuar por la necesidad de dedicarse por entero al trabajo.

En sus momentos de descanso practicaba béisbol que era su deporte favorito.

Con solo 17 años, se traslada a la antigua provincia de Las Villas, llegando al pueblo de Cruces, es ahí donde conoce a Carlos Caraballo Barnet dueño de una Farmacia en San Juan de los Yeras, lugar hasta donde se dirige Alfonso para emplearse en dicho giro.

 Es con Caraballo que se incorpora al Movimiento 26 de julio comprendiendo la terrible situación que padecía la patria.

Ambos reciben una muerte horrible de manos de los sicarios de la tiranía Batistiana cuando llevaban medicinas para los alzados en el Escambray.

Primeramente fueron apresados y llevados a Ranchuelo, posteriormente fueron conducidos a la entrada del pueblo de la Esperanza y en un camino cerca de la carretera los quemaron dentro de la máquina.

 Esto ocurrió un 7 de diciembre a la 1.00 am según consta en el certificado de defunción. De acto salvaje y brutal puede ser calificada la muerte de estos revolucionarios, ya que antes de ser quemados fueron salvajemente torturados.

Actualmente la escuela especial de su pueblo natal lleva honrosamente su nombre.

En el monumento a los mártires de Ranchuelo existe una tarja con los nombres de ambos revolucionarios.

Los restos de Alfonso Valdés Cabrera fueron sepultados en el cementerio de Cruces y trasladados a San Juan y Martínez, su pueblo natal, en el año 1973, donde reposan actualmente.