Germán Castro: consagrado a la lucha independentista.

Por Francisco Valdés Alonso.

 

79 años después de su muerte, el pueblo sanjuanero recuerda con orgullo a uno de sus hijos que supo poner todo su esfuerzo al servicio de la independencia de su patria.

 Al estallar la guerra en el Occidente como consecuencia de la invasión del Titán de Bronce a este territorio, toda la provincia pinareña se levantaría en armas apoyando la insurrección contra el colonialismo español.

En San Juan y Martínez, un nutrido grupo de patriotas se incorporarían a la guerra y todos sus habitantes marcharían a la manigua, luego de incendiar el poblado para evitar que cayera en manos de los españoles.

Entre los más brillantes guerreros locales sin lugar a dudas se encuentra Germán Castro Fernández el cual por su poca experiencia militar, sería asignado inicialmente al personal de servicio de la tropa mambisa, encargado de pastar los caballos de la misma.

En una ocasión el coronel del ejército libertador Lorente, tuvo necesidad de enviar una carta a otro jefe del ejército de occidente y luego de probar la caligrafía de sus ayudantes más cercanos y no satisfechos de los resultados, cuestionó si en la tropa existía alguna persona capaz de redactarla.

Se lo propone a Germán  y este lo realiza perfectamente, a tal punto que el Coronel Lorente le nombra escribano y enlace del ejército libertador en Pinar del Río.

La clara inteligencia de Castro Fernández se manifiesta en cuanta labor le asignan en la retaguardia y aunque su meritoria trayectoria en estos afanes ya le ha propiciado los grados de capitán, expresa su inconformidad y plantea el deseo de ocupar un puesto en el campo de batalla.

Luego de una larga discusión con sus superiores los cuales tratan de convencerles de lo necesario que resulta su trabajo, es aprobado para el frente y llega a participar en numerosos combates, entre ellos de modo sobresaliente, en el de Las Taironas, donde poco faltó para que perdiera la vida.

Un día por orden del Estado Mayor de Occidente, es retirado del frente sorpresivamente, expresándole que es una orden inapelable e indiscutible, pues por su capacidad era el hombre ideal para controlar los movimientos de materiales y hombres en el ejército.

En estas funciones es ascendido al grado de Comandante del Ejército Libertador y llega más tarde a desempeñar el cargo de Comandante del Estado Mayor del Ejército de Occidente hasta la culminación de la guerra y  la derrota del colonialismo español.  Consideró  oportunista la intervención norteamericana.

Pasa a la vida civil y le nombran el primer secretario del que fuera el primer gobierno municipal de San Juan y Martínez en 1902.

Mantiene una posición antiimperialista hasta los últimos instantes de su vida, principio que expresaría siempre públicamente de forma clara y precisa. Contrae matrimonio con Sara María Vivero Pérez. Mujer de alto prestigio en la comunidad y con ella tiene tres hijos.

La honestidad y el patriotismo caracterizarían a este sanjuanero hasta el 27 de julio de 1925 en que se jubila, pasando a una vida sosegada, rodeado de su querida familia y de sus amistades, los cuales le profesan gran admiración y cariño.

El 1ro de Noviembre, del año 1938. En su casa, junto a aquellos que tanto le amaron y veneraron en vida, muere este inmenso hombre, este inolvidable mambí incorrupto, valiente e inclaudicable.