Hipertensión y embarazo una mala combinación

Escrito por Ramón Brizuela Roque   

La tasa de mortalidad infantil con que comenzó la provincia este año -envidiable para cualquier país latinoamericano- es susceptible de deteriorarse, entre otras cosas, si no se elimina el principal de los factores de riesgo: la hipertensión inducida por el embarazo.

A este dilema, aunque científico, pueden aportar mucho las propias embarazadas y sus familias, incluso, toda mujer en edad fértil que aspire a procrear.

El sistema cubano está estructurado de tal forma que los ciudadanos desde antes de nacer tienen asegurado un médico de cabecera, y el doctor Mario Luis Acosta Morales, especialista de primer grado en Medicina Interna en el área de salud Hermanos Cruz, tiene sobrada experiencia para hablar del tema. Su interconsulta se realiza en los consultorios de la carretera a Viñales, desde el número 19 al 31, y en Montequín en el 38 y el 39.

Cada hora mueren en el mundo siete mujeres por trastornos relacionados con la hipertensión y el embarazo, aunque esa letalidad es ajena a la realidad cubana, no menoscaba la necesidad de pensar con mayor responsabilidad, porque de no hacerlo aumentarían los riesgos inmediatos y futuros.

El especialista argumenta que existen diferentes tipos de hipertensión que afectan a las mujeres embarazadas; algunas de ellas comienzan antes de la gestación, mientras que otras se desarrollan durante su curso, pero todas conllevan peligros para la mujer y su bebé.

La diabetes gestacional y la hipertensión arterial suelen ser algunas de las condiciones que ocurren durante el embarazo y suelen desaparecer después del parto.

Según estadísticas que aporta la Organización Mundial de la Salud la hipertensión inducida por el embarazo es considerada como un programa prioritario de salud universal. Su incidencia está estimada en el mundo del 10 al 20 por ciento y las diferencias están dadas por distintas regiones, razas y factores de índole socioeco-nómico y cultural.

El médico Acosta Morales retoma la palabra y aclara que entre las causas está la espera de un primer hijo en edades inferiores a 20 años y mayores de 35, el sobrepeso, la diabetes o padecer enfermedades crónicas como la propia hipertensión.

La hipertensión gestacional - explica- es el tipo más común durante el embarazo y se les diagnostica a las mujeres que presentan presión sanguínea con valores superiores a 140 con 90 en la última mitad del tiempo de los nueve meses. Le siguen la preeclampsia que es un tipo más grave de hipertensión inducida por el embarazo. La misma es diagnosticada cuando la tensión de la mujer supera los valores de 140 con 90 durante las últimas 20 semanas, y cuando se encuentran vestigios de proteína en una muestra de orina. Y por último está la eclampsia, que provoca convulsiones o coma durante las últimas etapas del embarazo.

Las complicaciones que se derivan pueden provocar retraso en el crecimiento intrauterino, parto prematuro, muerte intrauterina o secuelas posnatales que a la larga incrementarían la estadística de mortalidad infantil.

Todo esto tiene solución, siempre que la paciente cumpla con las orientaciones médicas, independientemente de que tenga patologías previas o que sea una hipertensión inducida en la gestación, porque todo es controlable.

Una contribución de la embarazada es la adopción de modos y estilo de vida saludables, lo que se traduce en erradicación de bebidas alcohólicas y tabaquismo, asociado a una dieta sana y nutritiva.

Debe eliminarse la llamada comida chatarra, preferida por las personas, en ella se incluyen refrescos embotellados o enlatados, pizzas, golosinas y otros alimentos ricos en grasas y carbohidratos.

De igual forma resultan dañinos el exceso de pan, galletas, pastas y todos aquellos ricos en sal, como embutidos y ahumados, pero lo más aconsejable es que escuche estas indicaciones en la propia consulta.

La alimentación de una embarazada debe ser rica en frutas y vegetales, un jugo natural es preferible al refresco gaseado; las legumbres siempre serán mejores que las comidas preparadas con levadura y los excesos de sal, azúcar y grasa no están permitidos.

Hoy día la hipertensión en las embarazadas y las sexis vaginales son problemas de salud de Pinar del Río, por lo que la población femenina en edad fértil está llamada a una mayor responsabilidad con su salud.