Cuba: caminar entre grutas, privilegio de lo desconocido
Escrito por Adalys Pilar
Acompañados de equipajes ligeros, libretas de notas y cámaras fotográficas, espeleólogos cubanos y otros investigadores exploran las abundantes grutas de la occidental provincia de Pinar del Río, bautizada como la capital del carso insular.
El grupo Guaniguanico, uno de los más antiguos dedicados a esas pesquisas en el país, participó en el estudio de casi 600 sitios arqueológicos durante los últimos 45 años, aseguró su fundador, Hilario Carmenate.
De todos ellos recuerdo con especial admiración la cueva de La Pintura, en la península de Guanahacabibes, otrora espacio de habitación aborigen, el cual conserva aún abundantes vestigios de esa cultura distribuidos en tres residuarios, expresó Carmenate.
También mencionó el Hoyo de los Ruiseñores, mayor palenque cimarrón del extremo occidental cubano.
Dentro de las grutas -dijo- seduce por su belleza El Panal, en Viñales, la cual posee majestuosas formaciones secundarias, "quedé impresionado por sus vistas y amplitud".
Primeros en escrutar Palmarito, uno de los mayores sistemas cavernarios de Latinoamérica, con 50 kilómetros explorados, los integrantes de Guaniguanico hallaron igualmente la cueva Guevara, nombrada así en honor al Che.
La encontramos un 8 de octubre, cuando en muchos confines del mundo recordamos la muerte del guerrillero cubano-argentino, así que decidimos bautizarla con su apellido, aseveró.
Ahora la espelunca es un símbolo dentro del Valle de Viñales y desde su interior regala una de las panorámicas más deslumbrantes de ese escenario, declarado Paisaje Cultural de la Humanidad.
Tras casi medio siglo de viajes por cimas y pasadizos, realizan cerca de 20 expediciones anuales, tanto propias como en asociación con otros grupos investigativos de la nación caribeña.
"Cada misión resulta siempre un riesgo, ascendemos las paredes verticales de los mogotes viñaleros con escasos instrumentos, algunas cuerdas principalmente, todos hemos estado en situaciones de peligro al caminar por primera vez sobre esas elevaciones llenas de hoyos, peñascos, y superficies inestables".
Auxiliados por las cámaras captan los momentos más trascendentales de cada aventura en un esfuerzo continuo por mantener el equilibrio.
Para permanecer muchos días en sitios remotos -enfatizó- es preciso comprender las señales de la naturaleza, conocer las plantas, sus poderes y atreverse a experimentar también.
No obstante los peligros, disfrutamos el privilegio de esta vocación que nos lleva a lugares por donde no ha transitado prácticamente nadie, o al menos ninguno de los hombres de la actualidad, afirmó.
PL
0 comentarios