Mantua, entre afectos de Italia y Cuba
Escrito por Adalys Pilar Mireles
Ciudad cubana de origen italiano, Mantua es una suerte de espacio de encuentro entre los dos países, varias centurias después de su fundación por navegantes, probablemente náufragos, oriundos de la nación europea.
Los habitantes del poblado defienden con orgullo sus raíces entre la búsqueda de nuevas evidencias que confirmen la llegada de los marinos y la creación del primer asentamiento.
Historiadores de la demarcación desempolvan legajos resguardados en los archivos parroquiales, en los cuales aparecen registrados una veintena de apellidos italianos como Pitaluga y Fiorenzano, para seguir el rastro de suposiciones y leyendas, tejidas a lo largo del tiempo.
Y aunque no todo está dicho sobre el tema, la versión más aceptada atribuye a marineros de ese país la fundación de un villorio en el noroeste del archipiélago a mediados del siglo XVII, hipótesis defendida por estudiosos como Enrique Pertierra.
Mantua fue el nombre escogido para el caserío, en honor al bergantín en que viajaban; o a Mantova, la provincia de Lombardía, identificada como uno de los posibles lugares de procedencia de los recién llegados, asegura.
Las causas exactas del arribo se ignoran, pero la anécdota más conocida refiere el naufragio del navío después de arremeter contra la barrera coralina que resguarda el litoral, causante de innumerables accidentes.
Investigadores afirman que esta narración popular resulta creíble, pues aunque no se hallaron hasta ahora vestigios de la embarcación, sólo tripulantes expertos son capaces de sortear el cinturón de arrecifes.
La devoción por la Virgen de Las Nieves es otra de las señales que refuerzan las teorías fundacionales.
Esta veneración es original de la Basílica Santa María La Mayor, la primera y más antigua de Roma y de Mantova, mientras en Cuba es exclusiva de ese lugar.
Libros y catálogos donados recientemente por el embajador de Italia en La Habana, Marco Baccin, enriquecen ahora las colecciones del museo local y reavivan la memoria colectiva.
La nueva colección documental contiene argumentos acerca de los vínculos históricos y amistosos entre ambas naciones, sobresale dentro de la serie el cuaderno Italianos en Cuba.
Atestiguan conocedores que su presencia en esta región, actual provincia de Pinar del Río, se remonta al 12 de junio de 1494, durante el segundo viaje realizado a la isla por el almirante Cristóbal Colón reflejado en la famosa acta de Pérez de Luna, la cual fue rubricada por coterráneos del célebre navegante.
Cronistas, piratas, colonos, misioneros y otros viajeros procedentes de la península itálica dejaron su impronta en el territorio.
Pero sin dudas, su mayor contribución fue la creación del pequeño poblado, en el extremo occidental del país.
Coincidencias, historias y afectos, abrazan a Italia con la ciudad cubana de Mantua, más allá de cualquier versión inacabada o misterio.
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