Aguas Claras, un alto camino al valle

Muy cercana a la ciudad de Pinar del Río, se encuentra Aguas Claras, una villa internacional que pone a disposición del visitante las insospechadas bondades de la naturaleza de aquel entorno, matizado por el sociego, alejado de las prisas de la cotidianeidad citadina.

Situada entre la capital provincial y el afamado valle de Viñales, el Camping internacional, perteneciente a la agencia Cubamar, propone una fauna con predominio de diversidad de pájaros como el ruiseñor y el tocororo, ave nacional de Cuba, además de la vegetación, donde sobresalen las especies frutales y florales, que le imprimen un encanto especial al recinto.

Construida en una antigua finca de un médico pinareño, Aguas Claras se caracteriza por el confort de sus habitaciones y son bien recibidos por los huéspedes los paseos a caballos, las caminatas y las fiestas campesinas, que llenan de alegría el lugar, uno de los mejores conservados de la zona.

De acuerdo con Ivania Díaz Galiano, su subdirectora, la instalación con 50 cabañas dobles sólidas y climatizadas, en temporada alta logra el 65 por ciento de ocupación; mientras los principales mercados emisores son Holanda, Alemania y Polonia, además del turismo nacional.

El entorno, de nueve hectáreas, de purísimo ambiente se mezcla a su peculiar decoración con reproducciones del arte universal visibles en columnas, fuente y en la pérgola, construidas estas últimas por el famoso artista de la plástica pinareño, Tiburcio Lorenzo, ya fallecido.

Excepcional para la práctica del ecoturismo, la villa invita al senderismo, con itinerarios en el Valle de Viñales, con la posibilidad de conocer moluscos endémicos de ese sitio y plantas como la llamada palma corcho, un fósil viviente, además de la realización de recorridos por la ciudad cabecera de la más occidental provincia cubana.

A sus tantos atractivos, une la calidad de sus opciones culinarias, basadas fundamentalmente en la cocina criolla, en tanto, para su colectivo, cada nuevo visitante, nacional o foráneo, es recibido como el primero. Por eso no resulta extraño el regreso de turistas al privilegiado refugio, donde puede estar su mejor aventura, entre la ciudad pinareña y Viñales.