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Riendas seguras en manos de una mujer

Riendas seguras en manos de una mujer Su imagen desmiente cualquier estereotipo. Sus manos detrás de las bridas hablan, en lenguaje de género, sobre igualdad de oportunidades.Ivania Delgado Prieto es la única sanjuanera que conduce un coche de transporte de pasajeros. Desempeñar un oficio tradicionalmente ocupado por hombres también desbroza el camino de la inclusión, en cuyas sendas hoy Ivania conduce.
“Mi esposo es cochero, a mí siempre me han gustado los caballos y andar con ellos. Se me ocurrió la idea de tener mi coche y empezar a trabajar junto a él. Además, yo tengo dos hijas y como me encontraba desvinculada esa era una vía para cooperar con el sustento familiar.
Aunque parezca que no, nosotros le brindamos una gran ayuda al transporte local. Por la mañana salgo de mi casa temprano cerca de la empresa Hermanos Saíz, pasó por Calderón y recojo a alumnos para la secundaria y enfermos que van a los centros de salud.
Después me incorporo junto a los demás cocheros al segmento San Juan el Jibaro, zona donde hay poco transporte y resolvemos un gran problema pues es un tramo de gran afluencia de pasajeros.
Te digo para mi esta labor es como un joby porque me divierto haciéndola, considero que empiezo a trabajar cuando regreso a casa y me tengo que ocupar de los quehaceres diarios”.
A pesar de que en Cuba el 66 por ciento de los profesionales y técnicos son mujeres y que en casi el 45 % de los hogares las mujeres constituyen cabeza de familia, cuando ellas asumen estas labores no pocos las critican.
“Si hubieron muchos detractores, en mi familia consideraban que era riesgoso andar en la carretera, que era feo, que si perdía feminidad. Que si por ser mujer me faltaban el respeto o incluso no me pagaran. Muchos me subestimaban pero esa era mi voluntad y ya llevo un año sin accidentes y sin tener problemas con los usuarios
Tal vez muchos crean que es montarse en el coche y ya, sin embargo, a estos conductores se les exige pasar y aprobar el curso teórico de automovilismo. Ivania, además practicó en barrios cercanos a su casa para estar completamente lista para su tarea.
Otra historia de Delgado Prieto nos sorprendió mientras conversábamos cómodamente sentados en su coche en espera de su turno para salir hacia el barrio del Jibaro por la carretera que va hacia Guane.
“Mira a mi hija menor se le detectó un problema en el corazón que podía llevarla al salón de operaciones cosas que siempre son riesgosas a pesar de la calidad de la medicina cubana. Mi esposo y yo decidimos que si esto no era necesario, haríamos una promesa de ir todos los años en el coche a venerar a San Lázaro en la iglesia del Rincón.
De verdad yo en el primer viaje hace cuatro años pensé que no llegaríamos. Salimos el 15 de diciembre a las cuatro de la mañana de la casa con un compañero del barrio para no ir solos. El viaje los hacemos por la autopista en aproximadamente 36 horas en las que descansamos para almorzar y después para dormir, llegamos al templo siempre el día 17 en la noche. Todo el tramo lo hacemos con un solo caballo al cual le damos las atenciones de alimentación y descanso necesarias. Hasta la fecha en ningún caso hemos tenido problemas con los animales pues todos los años vamos con uno distinto.
El regreso no es para San Juan y Martínez, el compañero que va con nosotros tiene familia en Orozco, en el municipio de Bahía Honda, y hasta allí seguimos. Nuestra llegada se convierte en una fiesta, nos pasamos varios días hasta que se acabe el puerco que sacrifican”.
Ivania narró sus historias con mucha pasión y vehemencia, segura que la mujer cubana es capaz de enfrentar cualquier tarea que se proponga. Estudió por varios años sicología en la universidad local, pero prefirió andar con Sebastián y Amarrillo sus caballos preferidos, dando su recorrido diario y admirada por todos
Por Francisco Valdés Alonso

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