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Renovemos votos

Renovemos votos

Escrito por Yolanda Molina   

Según los textos especializados el periodismo es recolectar, sintetizar, jerarquizar y publicar información concerniente a la actualidad, en la práctica es mucho más que eso y en la medida que la sociedad avanza hacia el empleo de nuevas tecnologías crece el diapasón de acciones que están integradas al ejercicio de la profesión.

El análisis es una de las que cada día resultan más inherentes y es que con los volúmenes de informaciones y las interconexiones que derivan de ellas en un mundo globalizado requiere integrarlas y "leerlas" desde perspectivas dominadas y esa es otra tendencia del periodismo contemporáneo, la especialización.

Pero no pretendo discurrir sobre qué es o no el periodismo para teóricos en el tema, cuando está próximo el 14 de marzo, otro día dedicado a la Prensa Cubana está por llegar, esta vez bajo el influjo del 120 aniversario de la fundación del periódico Patria por José Martí y resulta ocasión propicia para adentrarnos, al menos un poco, en algunos gajes del oficio.

A los periodistas cubanos se nos tilda de mentirosos, superficiales, apologéticos, cobardes y es que un oficio que existe justamente de hacer público cada acto resultado de él, está expuesto al criterio de otros, quisiera poder negar de tajo todos esos comentarios pero lamentablemente tienen sustento en la realidad, lo que no es justo que por unos que denigran la profesión se nos juzgue a todos.

Tampoco es momento para enumerar todos los tropiezos que día a día damos para el desempeño laboral, pero a pesar de que estamos convocados por la dirección del país a acabar con el secretismo y a ser protagonistas dentro de los cambios a hacer, falta comprensión por las autoridades a los distintos niveles y no pocas veces nos usurpan el derecho de acceder a la información o teniéndola a su publicación, claro esos pueden lograr mejor tal propósito cuando hay abandono, falta de insistencia y una posición apática.

Los periodistas no estamos ajenos a la realidad de la nación, sufrimos los mismos embates de carencias y dificultades que presupone la cotidianidad, realizamos nuestro trabajo con los medios y recursos que disponemos, lejos de los que deseáramos, aun cuando no hacemos un empleo potencial de los que están ahí.

Tenemos nuevos retos con la tecnología, enfrentarlos y acercarnos a lo que espera de nosotros la población es un camino posible de transitar, hay muchos periodistas llenos del ímpetu preciso para hacerlo, dotados del conocimiento y la habilidad, merecemos el voto de confianza para superarnos y encontrar maneras más eficaces de validar nuestra función social.

Hace algunos años una ciudadana afectada por trabajos críticos que realizaba, me instó a renunciar porque no iba a arreglar el mundo, ya quisiera yo y otros tantos poder albergar tal pericia, pero como en aquel entonces algo si dejo claro podemos continuar reparando sueños, compartidos con los millones de cubanos que apostamos por un futuro mejor, dentro de la isla.

Recientemente un directivo me pedía que lo "llevara bien", es fácil imaginar que había puesto al descubierto muchas deficiencias en su quehacer y me pregunto si será posible dar un solo paso hacia delante si procediéramos en complicidad con quienes no temen al error pero si al conocimiento del mismo, claro que no.

Nos corresponde iluminar con aquellos hechos y ejemplos que merecen ser replicados y también ensombrecer cuando precisemos exponer manchas oscuras que nos llenan de vergüenza sólo por conocerlas.

El periodismo es una profesión de compromiso, con la verdad; esa que puede ser regateada o escondida pero que al final siempre sale a flote, acortar su estancia en la penumbra nuestro desafío, y parece que este 14 de marzo es un buen momento para renovar votos profesionales, nunca hemos tenido un mejor contexto para ser útiles y ganarnos con la virtud de la eficacia un principado, que de a poco revierta esos epítetos maléficos que nos persiguen.

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