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CARLOS QUINTANA LEÓN: La estrella sanjuanera de las provinciales

CARLOS QUINTANA LEÓN: La estrella sanjuanera de las provinciales

Por Luis Alberto Blanco Pila

De Carlos Quintana me contaron que fue una de las grandes atracciones de las provinciales de béisbol en la década del ’70 y ’80, con el uniforme de su natal San Juan y Martínez; para muchos, un atleta que pudo haber dado más en las series nacionales, una especie de promesa que nunca llegó a consagrarse.

Mientras camino junto a él por una de las arterias principales de su pueblo, me percato de que es un hombre, ya con más de 60 abriles, de un físico dotado para los deportes, pues a sus seis pies de estatura se suma una corpulencia llamativa y bien distribuida, de una esbeltez impresionante.

Su paso por los clásicos nacionales duró seis temporadas y bateó solo para 233, además conectó 12 jonrones en 774 veces al bate, números que quedaron por debajo de lo que esperó la afición pinareña con aquel prospecto para el jardín derecho procedente de la tierra del mejor tabaco del mundo.

La entrevista transcurre en la oficina del hoy Director de Deportes de San Juan. ‟Yo fui el primer entrenador de Omar Linares”, me dice con alegría este sencillo hombre acerca del alumno, con quien compartió un tiempo en el equipo Forestales.

¿Cómo llegó a la práctica del béisbol?

‟Fue en los años ’70, cuando aquello el Inder, como institución, aquí en San Juan no tenía una localización fija y los entrenadores se dedicaban a viajar por todo el municipio, muchos de ellos eran profesores empíricos y yo vivía en El Paradero y fui captado por Orlando, conocido como ‘Martillo’, y empecé así la práctica de la pelota.

‟Con 11 años hice el equipo provincial para el primer campeonato escolar, recuerdo que fui junto a Juan de Dios León, ese torneo fue en Santiago de Cuba; después transité por otras categorías y eventos hasta llegar al juvenil; sin embargo nunca tuve la posibilidad de estar en la Eide.

‟Con la experiencia que tengo en la actualidad lo analizo de otra forma, mi caso no es el único, porque creo que la Eide tiene sus características en el trabajo. Por ejemplo, te mencionaré a Linares, a quien le dieron baja por rendimiento en atletismo y su padre me lo entregó para que lo entrenara en el área deportiva y mira quien fue ‘El Niño’ después.

‟Yo ingresé en la Epef con 13 años y comencé a participar en los eventos deportivos de estas escuelas, estuve como en cuatro lides de este tipo, hasta que me gradué y debuté con Forestales a los 15 en las series nacionales.

‟Luego pasé a estudiar en el Pedagógico la licenciatura en Educación Física y así seguí en el mundo del béisbol, tanto en las oportunidades que recibí en la Serie Nacional como en las competencias universitarias, porque participé en las dos primeras Universiadas que hubo en Cuba. En el Pedagógico comencé a entrenar con Orlando Arce y después con Charles Díaz. Como atleta universitario estuve en dos Centroamericanos Universitarios con gran desempeño en estos eventos e incluso fui seleccionado uno de los deportistas más destacados a ese nivel en Cuba”.

Le tocó la etapa, para muchos, dorada de la pelota en Pinar del Río. ¿Era difícil imponerse en este béisbol?

‟Particularmente, la considero la época prodigiosa de la pelota en Pinar. En Vegueros te encontrabas una constelación de estrellas: Escudero y Juanito en la receptoría; Alfonso en segunda; Félix Iglesias y Roilán Hernández en el campo corto; los jardineros Casanova y Fernando Hernández; en tercera a Diego Mena e Hiram Fuentes.

‟Forestales, el segundo equipo de la provincia, era algo parecido y la competencia entre ambos conjuntos fue muy dura siempre, nosotros teníamos en la receptoría a Heliodoro Pedroso, en primera base a José Antonio García y a Leonildo Martínez, en el campo corto a Agustín Sierra, en los jardines a Luis Crespo, Juan Hernández, entre otros; sin duda el momento cumbre del béisbol en Vueltabajo.

‟Antes se jugaba por amor, se dejaba la piel en el terreno, no solo en la nacional, sino también en las provinciales, torneos que eran a 70 juegos y cada municipio era una potencia, qué decir de Bahía Honda, Viñales, San Juan o Minas de Matahambre”.

Entonces tuvo un bregar muy duro en las nacionales.

‟Sí, mis comienzos fueron en 1975 y creo que recibí escasas oportunidades en la Nacional. Pienso que hay entrenadores que, como se dice en buen cubano, se enamoran de algunos atletas y obvian a otros y sin temor a equivocarme no se hizo un trabajo individual y pormenorizado conmigo. En 1984 tuve un average de 385 en la preselección para integrar los equipos de la provincia y me quedé en un corte, no obstante me llegaron ofertas de otras provincias y no acepté, mi historia quizás hubiera sido diferente de haber representado a otro territorio, pero todo culminó esa temporada, con solo 23 años”.

 Sin embargo, en las provinciales sus rendimientos eran impresionantes.

‟Por tradición, San Juan siempre tuvo excelentes novenas, aunque en mis comienzos en la primera categoría representé a Pinar, pero Fidel Linares me llamó para que jugara con mi municipio. En la provincial todos mis compañeros y yo nos entregábamos a fondo, recuerdo que pegué en un torneo como 20 cuadrangulares, creo que si no es récord es una gran marca”.

¿Qué fue de su vida al salir del deporte en activo?

‟Al graduarme en el Pedagógico, me inicié como entrenador deportivo y simultáneamente empecé a estudiar Derecho por el llamado curso dirigido, pero no culminé esa carrera, solo estuve hasta tercer año. En 1991 asumí la dirección del Combinado Deportivo número uno en San Juan y luego; en 1993 me inicié como Director Municipal de Deportes hasta que en el 2001 fui de misión a Venezuela, país en el que he estado en dos ocasiones con compromisos de trabajo; después trabajé en la Dirección Provincial de Deportes en varios departamentos hasta que regresé de nuevo a San Juan, territorio donde he dirigido el sector deportivo desde 2010”.

¿Qué sintió con el título de San Juan en este 2020 en la Serie Provincial?

‟Mucha emoción y un gran orgullo, aquí se vivieron jornadas bellas, fue una fiesta esta primera categoría del 2020, me hicieron recordar mi etapa de atleta. El estadio Hermanos Saíz estuvo repleto de público, hasta en las áreas aledañas al parque se reunían los espectadores para ver juego tras juego.

“Quisiera agradecer a dos figuras importantes del béisbol en Pinar del Río, Donal Duarte y Omar Ajete, que tomaron este equipo y lo llevaron al campeonato, pero sería ingrato no destacar las ardientes jornadas precompetencia, cuando hasta Casanova estuvo impartiendo clínicas de béisbol a nuestra representación”.

 

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