Conservar es mejorar
El descenso en la productividad de los suelos suele estar asociado a la reducción del porcentaje de materia orgánica, como consecuencia del laboreo excesivo.
Para minimizar estos efectos en las tierras donde se cultiva el tabaco un grupo de especialistas encabezados por el máster en ciencias Juan LLanes Hernández aplica en varias áreas la agricultura de conservación.
"Producto a los años que se lleva moviéndose el suelo donde se siembra el tabaco, debido a los distintos tipos de laboreo, es evidente que han sufrido una degradación por lo que se hace necesario buscar alternativas y tecnologías que mejoren las propiedades del suelo. El propósito de nuestro equipo es utilizar también en este cultivo la agricultura de conservación"
El proyecto, que por primera vez se utiliza en esta planta en la provincia, tuvo antecedentes satisfactorios en la vega de la campesina Maria Álvarez del cafetal el pasado año.
En esta campaña el productor Máximo Pérez aplicó en 15 mil posturas de tabaco de sol esta metodología y el vigor de las matas corroboran lo acertado del experimento.
"El problema más importante que enfrenta hoy San Juan y Martínez es la degradación de sus suelos. Con esta tecnología el suelo no sufre ni erosión eólica ni hídrica y los resultados hablan por si solos, ahí se ve la calida y vigorosidad del tabaco".
Como quiera que el proyecto contempla una duración de seis años también se prueba hoy en la vega de Yosvani Concepción en tabaco tapado con regadío por el surco.
"El tabaco yo lo veo con bastante salud, este sistema de agricultura de conservación es bastante ecológico, se redujeron los productos químicos, yo he aplicado mucho el humos de lombriz y sólo los fungicidas que lleva el tabaco", nos asegura Yosvani.
En la actualidad la producción de tabaco representa para los sanjuaneros el principal renglón económico de ahí la necesidad de conservar los suelos con todas las variantes posibles.
"El objetivo es introducir la metodología poco a poco, vista hace fe. Si el productor ve las ventajas desde el punto de vista económico y desde el punto de vista ambiental, ya que no tiene que mover el suelo y este por lo tanto se conserva mejor, aumenta su fertilidad, mejora sus propiedades y esto al final repercute en el cultivo principal que es el tabaco".
Estudios recientes estiman que la agricultura de conservación se desarrolla en alrededor de 100 millones de hectáreas agrícolas, sobre todo en las regiones americanas del Norte y el Sur, aunque también se practica en África y Asia.
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