Con la Cámara en Ristre.
“El secreto de la felicidad no es hacer siempre lo que se quiere, sino querer siempre lo que se hace”.
León Tolstoi.
Los que hace cuatro años decidieron cambiar sus vidas y penetrar en el mundo del sonido y de la imagen fueron fieles al pensamiento del intelectual soviético León Tolstoi, “ellos siempre quieren lo que hacen”.
Ellos se fundieron en un haz de luz que invadieron nuestros hogares desde la cotidiana realidad revestidas de sueños desde una bahía fotografiada por el satélite, por donde cada semana Consolación nos ve, o Sandino se empeña en permanecer verde como los oasis.
También está La Palma con sus avatares de día a día esperando los ocasos al filo de la tarde, o los palacios, en los que aun una perra tierna y cariñosa nos recuerda que todos somos parte de este viaje cosmico alrededor del Sol.
Cuanto ánimo nos entrega esa Mina inagotable con su ARRIBA GUAJIRO, San Cristóbal que a pesar de los retos geográficos seguirá siendo pinareña para siempre. o ese colectivo de San Juan que nos moviliza cada tarde de sábado para enrriquecer nuestra identidad.
Sí, hace cuatro años comenzó en vueltaabajo otra búsqueda en la génisis de la información, en ella se fue hasta las intimidades Del polvo y de la luz, hasta el último árbol del verde caimán, ANTE EL AROMÁTICO TABACO, se esperó por el levante de la jaula de langosta, se apresó el salitre de las playas y se persiguió la última racha de viento de las tormentas.
Los telecentros no llegaron a nuestras vidas como meros monumentos del ladrillo y el cemento, llegaron como los necesarios monumentos del alma para depositar en ellas nuestra historia y nuestros sueños.
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