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El encanto de Boca de Galafre

El encanto de Boca de Galafre

Texto y Foto Francisco Valdés Alonso

Cada año hace más de seis décadas disfruto el placer de bañarme en las aguas de la familiar playa Boca de Galafre.

Aunque el nombre pudiera estar asociado a que el rio Galafre desemboca al mar formando una salida amplia, que incluso, da posibilidades de que entren a él las embarcaciones que hoy forman parte de la unidad empresarial de base Jesús Menéndez.

Hurgando en la historia encontré una mención de la destacada investigadora Hortensia Pichardo donde plantea que el Almirante Cristóbal Colón en su exploración por la costa sur de Cuba, recorrió el litoral meridional de la actual provincia de Pinar del Río  atravesando la zona comprendida entre el Golfo de Batabanó y la Ensenada de Cortes.

Esto implicó como es lógico, que sus naves pasaran muy próximas a los embarcaderos de Punta de Cartas y Boca de Galafre, de importancia para el  movimiento comercial de cabotaje hacia la segunda mitad del siglo XVI y fundamental en 1867, con la línea marítima que uniría al balneario sanjuanero con Batabanó, en el barco Sirena para la transportación de la famosa hoja de tabaco.

Acudo a mis recuerdos de niño y me viene  a la mente aquella casita de madera y techo de guano que el tío Mingo Diaz tenía en la playa vieja para asueto de toda la familia, y que a pesar de que había que caminar un buen trecho mar adentro por el sargazo y el fango que lo caracterizaba lo pasábamos con la inmensa alegría de esa edad.

Ese nombre venía de que allí se asentaron los primeros pescadores que día a día buscaban su sustento familiar en rusticas embarcaciones y su regreso a tierra se convertía en una fiesta por las distintas piezas capturadas, base de la alimentación de muchos de los vacacionistas de la zona.

Recuerdo también como aquel lugar fue creciendo demográficamente y uno de los lugares más concurrido era el bar de Macho Suárez donde las comidas propias de mariscos y su largo muelle hacia el mar eran la atracción de todos.

Con el tiempo y la tradición de que las aguas de las playas del sur eran medicinales el crecimiento se fue haciendo vertiginoso incrementándose las construcciones desde la desembocadura del rio Galafre hasta la Maboa el otro extremo que deben ser no menos de cuatro kilómetros.

En la misma entrada a la playa se chocaba con el restaurant de Rogelio donde la sabrosura de las comidas típicas de los cubanos y la de los productos del mar eran punto de referencia para cualquier visitante o vacacionistas. Allí una cancha de básquet donde se jugaban partidos muy interesantes.

Seguro quien lea este trabajo podrá incluir muchas otras cosas que hacen de Boca de Galafre en sus inicios y durante muchos años un balneario preferido por los sanjuaneros en primer lugar y después por los pinareños en general.

Recuerdo que en nuestra juventud visitábamos la casa de los hermanos Moncy. Luis y el Nene Castro y allí en muchas ocasiones se reunían representantes de municipios tan distantes como Candelaria, San Cristóbal y Minas de Matahambre por hablar de los más lejanos.

Para nosotros, las visitas por tierra a la otra playa famosa Baylen eran puntos en nuestra agenda de cada año. Todavía en las décadas del 60 y hasta el 90 quedaban los muelles y las estacadas que tanto protegía de las inundaciones pero se desmantelaron  no sé si luego de un análisis científico que avalara la decisión.

Víctima de tantos ciclones que le han cogido el gusto a visitar a Boca de Galafre el panorama de la playa ha cambiado para convertirla en una franca arenosa de punta a punta.

Por eso desde que nacieron mis hijos Marianne y Fran Emilio frecuento el lugar y ahora en el papel de abuelo de Alvarito y Angelito me sigue motivando los encantos de Boca de Galafre.

Hoy miles de bañistas tienen la oportunidad de concurrir a darse un chapuzón, unos en las casa construidas detrás de la carretera que une la entrada con las casa que construyó el Ministerio de la Construcción y que hoy pertenecen al Campismo Popular.

Cafeterías y  alojamientos de Comercio y la Gastronomía también facilitan esta diversión. Y en esta temporada se instaló una torre de comunicación que facilita el uso de los teléfonos celulares con mucha calidad.

Cuando este año se cumplió el tiempo de las vacaciones y Boca de Galafre quedaba atrás  sentí la nostalgia también, de las conversaciones luego de la comida con el Doctor Miguel Calderón y su madre Estrella personas que a pesar de vivir en La Habana no dejan de venir cada agosto a su playa preferida.

 

 

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