Juventino de nuevo entre sierras y mogotes

Escrito por Blanchie Sartorio

Llegó el momento de despedir a Juventino, el viejo miliciano quien me aseguró en el aniversario 50 de la constitución de la primera patrulla campesina que todavía le sobraba corazón para luchar por esto. Y no mentía, ayer volvía a entrar en los mogotes, a acercarse a la Gran Caverna de Santo Tomás y ocupar su sitio en la gloria junto a Leandro y "Los Malagones" idos, pero alertas en su siembra eterna de ejemplo.

Juventino Torres Véliz, 84 años, es de aquella docena de hombres que hicieron posible la existencia de las milicias en Cuba, al capturar en menos tiempo del previsto al bandido que sembraba de miedo y sangre el lomerío. La bandera cubana, las medallas recibidas y las ofrendas florales enviadas por Fidel, el general de Ejército Raúl Castro y el Ministro de las FAR, escoltaban el féretro y en el relevo de la guardia de honor las nuevas generaciones de soldados, oficiales y milicianos y el pueblo que desfiló por la Casa de Cultura de Viñales, antes del postrer adiós en el intramontano Memorial que honra a los primeros milicianos.

Estaban muy cerca Juanito, Cruz e Hilario, los tres sobrevivientes de aquel momento histórico, con esa fortaleza que les da la convicción de sus ideas, el ejemplo del hermano, de los que han partido antes y los hace asegurar con esa modestia de quienes han vivido para la Revolución, como expresara el viejo Cruz, "el orgullo de poner un granito de arena, que no fue nada, pero algo fue".

Hasta que se atrapó el último alzado en la cordillera pinareña estuvo Juventino junto a sus compañeros en la lucha y unidos siguen en los actuales combates y en los por venir, porque "cuando se hace un compromiso, hay que cumplirlo" asegura el capitán miliciano mientras la emoción lo embarga: "no tengo palabras para explicarte cómo se comportó ese compañero que hoy se nos va, de pie, bajo aquel tiroteo...que no se te escape nadie, que aquí estoy yo para cuidarte la espalda."