Tilín de oro, una joya de la literatura para niños

Escrito por Mayra García Cardentey

Tal parece que somos los protagonistas del cuento y que, en tan solo minutos, iremos al Palacio de Bodas, al esperado baile de disfraces. Y es que una magia inenarrable rodea a Tilín de Oro, reciente título de la Premio Nacional de Literatura 2011, Nersys Felipe, catalogado por la crítica como una joya de las letras para niños.

Ese lenguaje infantil que solo sabe hacer Nersys, nos envuelve en la aureola de los personajes y nos convierte en los propios chiquilines que corretean por la historia.

Sobre un vestido de dama que Tilín, quiere llevar a la fiesta de disfraces, versa este relato infantil que aborda de manera amena, temas como las relaciones intergeneracionales, las tradiciones en las distintas épocas, valores en la infancia, modo de crianza de nuestros hijos y la preservación de la amistad y las tradiciones.

Y se desfila con Tilín por aquel salón lleno de María Silvias, Elpidios, gitanas, piratas, zorros. Ella, una princesa que encuentra a su príncipe: "Pedri, que lee que da gusto, suma y resta en el aire, no dice malas palabras y le regala platanitos en el receso".

Publicado por la casa editoria Abril, el texto es toda una delicia, no solo por el relato intimista, sencillo y la vez profundo de Felipe, sino por las hermosas ilustraciones de Yancarlos Perugorría. Sus coloridos y trazos originales dan vida a los personajes de tal manera, que parece, de un momento a otro, como si estuvieras también disfrazada en el Palacio donde se casan los novios.

Una bella historia de amistad entre Tilín, encubierta de dama antigua y Pedri, de bombero con chaqueta y pantalón azul, gorra roja y hacha amarrada a la cintura. Una mezcla de Cenicienta, Blancanieves, La Bella Durmiente, Elpidio Valdés, o quizás todo junto a la vez. Un cuento con la misma extensión e intensidad de un beso, pero entendible para todos nuestros niños.

"Entra la música. La dama y el bombero bailan muy bien (...) Se despiden en el Portal del Palacio de Bodas, donde se casan todos los novios. De los ojos de Tilín escapan brillos de oro. De los de Pedri también. Y como no tiene platanitos, desengancha de su cinto el hachita de bombero y se la da".