Esther de cumpleaños

Recordando a cada momento poemas picarescos y con una mentalidad y creatividad que envidiarían muchos, Esther Montes de Oca Domínguez celebrará su cumpleaños 101.

Como en otras ocasiones, familiares y amigos le cantarán las mañanitas más temprano que de costumbre.

Ella misma se encargará entonces de romper cualquier protocolo para seguir demostrando que no se ha dejado vencer y continúa la lucha.

El domingo 7 de agosto, a pesar de ser la homenajeada seguirá dando clases de amor y respeto hacia la patria; llenará su casa de anécdotas del comité cívico Todo por San Juan y su integración al movimiento 26 de julio.

No faltará la evocación a su estirpe mambisa para que los más jóvenes conozcan el largo camino para lograr la verdadera independencia.

Hablará también de su amplio magisterio en todas las enseñanzas y de su importante participación en la campaña de alfabetización, donde con orgullo mencionará al barrio de Lagunillas, primero en el país en obtener esa condición.

Contará además de su reconocimiento a Fidel, que junto a sus compañeros de lucha libró a los cubanos de la miseria, el hambre, la explotación y los hizo libres para siempre.

Y cuando las lógicas interrupciones de los visitantes para desearle felicidades lleguen, aflorarán en ella los versos de Marti que recuerda como el primer día.

Una sonrisa pícara se le verá en el rostro cuando cuente la primera vez que conoció a su esposo Luís, las remembranzas de la infancia, su familia, y el nacimiento de sus dos hijos Luis y Sergio, por quienes vivió y aún vive.

Y cuando a las diez se anuncie picar el kake, Esther ocupará su lugar de honor para, cuchillo en mano, cortar la primera rabanada y saborear como siempre gusta hacerlo, el apetitoso merengue.

Este siete de agosto, la madre de los hermanos Saíz arribará a su aniversario 101 y la ocasión es toda una hazaña no solo por el hecho del arribo a semejante edad con tales facultades físicas y mentales.

Sino, haberlo hecho con gran parte de su existencia, sin el cariño de sus seres queridos y con el recuerdo de la tragedia que marcó para siempre su historia y la de Cuba.