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De cinco en cinco, ¿hasta cuánto?

De cinco en cinco, ¿hasta cuánto?

Creado en Lunes, 08 Agosto 2016 13:07

Escrito por Anelys Alberto Peña / Foto: Jaliosky Ajete

Los números mágicos de Felicia: ocho horas de trabajo diario en una escuela primaria de Pinar del Río, alrededor de 600 CUP de salario y un tercio de él invierte en el transporte mensual hacia su casa en San Juan y Martínez.

Si le urge llegar temprano y un taxi es la opción, gasta 25 pesos mientras de su mente se alejan las tres libras de malanga para su nieto o el paquete de salchichas que perdió en un solo viaje.

"La verdad que el transporte particular no tiene nombre, 10 pesos cuestan los porteadores privados y la mayoría tienen hasta huecos en el techo y el piso. Entre el ruido del motor y los bancos para sentarse, la incomodidad te mata del cansancio".

Desde el 2011 el deficiente transporte público heredado, principalmente, de la década del ´90 recibió un impulso con la flexibilización de las licencias nacionales para la transportación de pasajeros.

De esa forma, aparecieron en Pinar del Río camiones, camionetas, microbús y cualquier otro primo–hermano o tío–abuelo de estos medios. En muchos casos, dos días de martillazos, chapistería, asistencia del tornero y dale carretera. De repente las ocupaciones de chofer y conductor fueron famosas y masivas.

En la práctica, suplieron las irregularidades de horarios y salidas del transporte estatal hacia los municipios por cinco o 10 pesos, según los destinos. Pagables aún.

"Los organizamos dentro de la Terminal, porque al inicio ellos andaban regados por toda la ciudad gestionando pasajes y no los controlamos estrictamente", afirmó Reinaldo Mariño Fernández, director comercial del Grupo Empresarial de Transporte en la provincia.

Con el tiempo, su presencia devino imprescindible para el traslado, pero los costos aumentaron. Sin explicaciones ni lubricantes, un día Felicia regresó a San Juan por el costo de cinco pesos, y a la mañana siguiente le duplicaron la tarifa.

¿QUIÉNES, QUÉ, DÓNDE REGULAN? ¿PUEDEN?

Según Carlos Alberto Rodríguez González, director de la Unidad Estatal de Tráfico pinareña "la única normativa existente en el Ministerio de Transporte para los porteadores privados hasta ahora es la Resolución 368. Trata sobre el otorgamiento de la licencia de operación de transporte a personas naturales para el traslado de pasajeros o cargas".

La "368" establece requisitos para la obtención del permiso; sin embargo, no hay norma reguladora de los precios, aún después de cinco años de apertura.

Destinos de gran flujo diario de pasajeros tienen un tráfico superior de camiones particulares, entre ellos San Juan y San Luis; ahora a 10 pesos sin distinción entre sentados o de pie.

"Con la llegada de la oferta y demanda hicimos un reajuste de las salidas a través de una programación. Alternamos cada media hora los particulares con los estatales, pero ellos deciden cuánto cobran", explicó Maikel Páez Martínez, jefe del Grupo Comercial de la Terminal de Ómnibus Intermunicipal.

Según Paéz Martínez hay solo tres salidas al día, con facilidades para el combustible y por tanto con un costo reglamentado, desde el primero de julio.

Para Consolación del Sur la Terminal pone a disposición servicios pero la mayoría de las salidas se hacen desde una piquera en la calle Primero de Mayo, al lado de La Terrazina, por carencia de espacio en la instalación.

"No tenemos ningún tipo de autoridad para reglamentar el precio, porque cuando salió la Resolución se tomó la decisión que sería igual al resto de los cuentapropistas", aseguró Rodríguez González.

¡¿CINCO PESOS MÁS?! Y HASTA 10

La decisión de Alejandro. El joven estudia en la universidad Hermanos Saíz y cada 15 días va a su casa en Guane a hacer lo que hacen los becados, comer por toda la abstinencia al comedor estudiantil, dormir o carnavalear.

Solo lo separan del fin de semana prometido unos 80 kilómetros. La cruzada para él tiene dos soluciones: el tren o una máquina. Las incomodidades de la primera reafirman su decisión por la segunda.

"Tal vez si ahorro durante la semana tenga los 70 pesos para una máquina, pero no creas que el servicio es rápido o bueno. Casi siempre vas apretado y en asientos inventados".

La moda del aumento es una cuestión atravesada por varios factores. Entre ellos los choferes espetan: "nos disminuyeron el número de pasajeros", "las piezas están caras y el combustible también".

Nada nuevo sobre la cuota de personas por cada carro. Ello se define en la inspección técnica necesaria para determinar los vehículos aptos para la transportación. Durante un tiempo se descuidó la aplicación de las particularidades técnicas, pero recientemente las medidas retomaron importancia.

"La Ley 109 establece la cantidad de pasajeros porque el auto tiene un centro de gravedad, un sistema de freno y otras características para determinado peso, y muchos modificaron la capacidad", agregó el funcionario de la Unidad Estatal de Tráfico.

Ahora, por ejemplo, los carros que con anterioridad transportaban seis personas deben llevar una menos. De ahí la determinación de aumentar el precio a cinco, 10 o hasta 15 pesos más según el destino, con el fin de mantener las ganancias.

No obstante, la realidad muestra que los choferes en ocasiones violan la regulación y continúan transportando la misma cifra de pasajeros de antaño, con el incremento de importes que ellos impusieron.

Un viaje en almendrón hasta Guane no es garantía de confort para Alejandro. Él sabe que llegará torcido o despeinado en los asientos traseros y ni hablar de los olores.

CUESTIÓN DE CIFRAS

Las incertidumbres de José. Botero de profesión, de los viejos, de los fieles a la carretera. Llega temprano cada mañana a la Terminal, toma un café y entra en la cola.

Después, su día depende del tiempo, los viajeros y hasta de la crisis mundial.

"Doy dos o tres viajes a San Luis al día con ocho pasajeros. Yo pago un impuesto de 12 000 a 14 000 pesos al año. Para poder costearlo, comer, vivir y mantener el carro tengo que cobrar 25 pesos".

José da un servicio caro pero público y tanto el arreglo de su carro como las piezas necesarias los encuentra en negocios particulares, caros también. El valor del combustible no disminuye para él cuando lo compra en el Cupet.

Sin embargo, una fuente anónima alega que el petróleo se compra frecuentemente en el llamado mercado negro. Antes a dos pesos, después entre cuatro y ocho y, ahora a 10, 12 y hasta a 14 CUP. Sucede también que "quien te vendía 10 litros hoy solo dispone, por ejemplo, de tres". Otro entrevistado informa que sus mayores proveedores son algunos pisteros de Cupet, quienes median entre los estatales y los clientes.

Así, la disminución de combustible asignado a los estatales también influye indirectamente en la acentuación de los precios de los particulares. Al final, por culpa del mercado negro, rojo o azul, Felicia merienda panes de a peso para que su dinero termine en paladares caras, llevados por las manos de los implicados con más beneficios.

EN VÍSPERAS DEL CAMBIO

Durante una visita a Pinar del Río de directivos del Ministerio de Transporte (Mitrans), se hizo un análisis del comportamiento del privado, con el fin de incluir a la provincia en el reordenamiento de ese sector.

"Concebimos un proyecto con el enrutamiento de los camiones, el suministro del combustible y apoyo con recursos. Lo principal es lograr la disciplina de sus titulares y topar el precio que se le cobra al pueblo", dijo a Guerrillero Luis Ladrón de Guevara Marzal, director nacional de Transportación de Pasajeros.

Se prevé un proceso paulatino, en el cual los primeros favorecidos serán los porteadores que viajan hacia La Habana y los de rutas intermunicipales. La organización de piqueras, además del aseguramiento logístico, político y jurídico mediante relaciones contractuales constituyen algunos de los aspectos que requieren resolución antes del cambio.

La necesidad de sindicalizar a los choferes y crear espacios para su permanencia y descanso diario se suman a las prioridades.

A nivel nacional, la problemática se analiza entre estudios y experimentos. Mientras, continúan los negocios especulativos y al sector privado se traslada la tendencia del estatal: cero competencia. Lo tomas o lo dejas.

La ley de oferta y demanda, un tema muy complicado como para convertirlo en lema. Quien oferta y sus posibles sensores deben entender al transporte como un medio para un fin mayor, el cliente siempre tiene demandas prioritarias: alimentación, higiene, recreación.

 

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