Mi nieto Alvaro.

Los fines de curso se convierten siempre en un acontecer que moviliza a la familia,  la escuela, a los amigos, autoridades y los niños, que además de recibir las felicitaciones le ponen el sabor cultural a la celebración

Sorprendido por el tiempo que pasa tan rápido, de pronto,  me veo inmerso  ante cientos de alumnos de la escuela German Castro que alegres y satisfechos festejan unos, el pase de grado, y otros como mi nieto Alvaro, su graduación de sexto grado.

Ese centro fue escogido entre los más de 54 que existen en San Juan y Martínez para celebrar el acto municipal de la educación en el municipio donde se gradúan 515 alumnos de sexto grado.

Cuando observo el jolgorio de los que se abrazan, se escriben en sus camisas el nombre de sus compañeros o hasta aparecen lágrimas en sus ojos ratifico cuanto agradecer a nuestra Revolución.

Le pregunto a mi retoño que representa esas excelentes notas que en un pequeño papelito le entregan con la presencia de su mamá y una de sus abuelas, “papi me siento muy contento porque alcancé un objetivo escolar importante, triste porque me separaré de muchos de mis amiguitos y de mis maestras que me han guiado en quinto y ahora en sexto grado”.

Entonces mientras festejan y ya hice algunas de las fotos que quedaran para la historia, me vienen a la mente las imágenes de la graduación de mis hijos Marianne y Frank Emilio, ambos profesionales y como no, de cuando en la década del 60 del pasado siglo me tocó a mí recibir ese querido galardón.

Claro, además de los buenos resultados tratamos que sean personas honestas, que practiquen los modales adecuados, el respeto a los mayores, valores que hoy desgraciadamente faltan en muchos educandos y que los padres y abuelos somos responsables de inculcar.

Por lo normal que resultan estos actos cada fin de curso a veces pienso que no todos se dan cuenta de este importante derecho humano que tienen nuestros niños.

Cuando festejamos el 90 cumpleaños del mayor impulsor de la educación después de 1959, nuestro Comandante en Jefe, es bueno recordar que Cuba cumplió los objetivos y metas sobre la cobertura para la enseñanza básica y la erradicación del analfabetismo, contenido en el Plan de Acción de la Conferencia Mundial Educación para todos de Jontien (Tailandia).

También invertirá más de ocho mil millones de peso en gastos públicos en educación este año. Y fue ubicada Cuba por el Banco Mundial en el primer lugar por la inversión en el sistema educativo en el período de 2009 añ 2013 (13% del producto interno bruto).

Esas realidades refrendadas recientemente en el séptimo Congreso del Partido me tranquilizan al saber que mi nieto Alvaro podrá aspirar a la superación que él se gane con su esfuerzo y dedicación porque oportunidades sobran.