Río Seco, manantial de vida

Por Iris L. Madera Iglesias, estudiante de Periodismo

El nombre es pura ironía , este pueblecito rural conserva la humedad del beso que ofrenda a sus habitantes , cual regalo matinalo de un padre protector. Río Seco renueva su rostro con el verde mágico de sus paisajes y el inconfundible del tabaco cosechado en sus vegas , reconocidas entre las más famosas de San Juan y Martínez.

Ansioso por saludar a sus pobladores , viste el delantal de Nilda y prepara un delicioso café. Desayuna con Julio mientra lee los periódiocos . La risa de los pioneros es su mayor placer.Ocupa el pupitre del alumno enfermo ausente a clases y asiente con la cabeza al recibir la lección de la maestra .

El es el primero en la fila para comprar el pan. En la bodega escucha el noticiero , o mejor dicho, todos los rumores del barrio transmitidos  en cadena , con fecha , hora , lugar y demás detalles pertinentes. periodistas somos todos, desde el vendedor ambulante, el ama de casa sentada plácidamente en el portal , hasta el bodeguero, receptor activo de las "informaciones del momento".

Después visita los sembrados. Testigo de glorias y desventuras en el surco, canta tonadas con los campesinos, artífices del éxito en casa cosecha.Invierte tiempo y amor en arrullar a las semillitas, futuro sustento económico de tantas familias.

Con el reguetón como banda sonora , continúa su camino . Esta música lo sigue todas partes, coladita en la vecindad. Lo sacude con fuerza telúrica , de nada vale resistirse. Atrás quedaron las tardes de guateque .

Así transcurren sus días , mezcla de de cielos azul aqua y nubes disipadas. Viaja este amigo singular sin equipaje alguno. con múltiples identidades. Experto en robar caricias al viento e hipnotizar a los transeúntes con hechizos olorosos a fruta madura. De sus tierras brota la vida como agua de manantial.