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Postes pinareños sostienen tendidos eléctricos y telefónicos de todo el país

Postes pinareños sostienen tendidos eléctricos y telefónicos de todo el país

Escrito por  Ronald Suárez Rivas

Todos los números hablan a su favor, por ello a tres años de su reapertura, la planta para la producción de postes de la Empresa Forestal Integral Macurije, en el municipio pinareño de Guane, posee un impacto cada vez más significativo.

"En ese tiempo, sobrepasan las 75 mil unidades salidas de aquí, destinadas a sostener las redes eléctricas y telefónicas de toda Cuba", precisa el ingeniero Francisco Díaz, su director.Sin dudas un salto notable para una industria que en la última década nunca logró rebasar los 6500 postes anuales, los cuales, como si fuera poco, provocaban serias reservas sobre su calidad.

Todo comenzó a mediados del 2009, cuando, después de un profundo proceso inversionista, que se extendió durante alrededor de dos años, la planta pinareña reinició su actividad. De esa manera se rescataba una de las primeras industrias creadas por la Revolución en Vueltabajo (1962).

Dotada con un nuevo equipamiento, en el que se incluían una torneadora para el moldeado de los troncos y una moderna autoclave para su impregnación (con productos químicos que evitan el deterioro), la fábrica quedaba en condiciones de alcanzar los 30 mil postes anuales, 10 mil más de los que se llegaron a obtener con la vieja tecnología en la época de mayor esplendor.

"Ello equivale a abastecer desde esta industria el 45% de la demanda del país", asegura su director. Además, las máquinas introducidas permiten un significativo incremento en materia de calidad. "Los troncos nunca antes se tornearon. Simplemente se les quitaba la corteza de una manera rústica, y ya", recuerda Jesús Puentes, uno de los operadores de la máquina.

Por otro lado, la impregnación comenzó a realizarse a base de sales hidrosolubles, un producto mucho más efectivo que aumenta la durabilidad de los postes y no agrede el medio ambiente. "En un inicio aquí se había empleado la creosota, y luego, a finales de los años 80' se introdujo el alquitrán, pero ambas sustancias hoy están en desuso por ser altamente nocivas a la salud humana y a la naturaleza", explica el director de la planta.

"Los postes quedaban con residuos y a los linieros les era incómodo trabajar sobre ellos. En cambio, en la actualidad, el acabado es muy bueno. A nuestros trabajadores, los medios de protección les duran 10 veces más que antes, y en los exámenes que se les realizan periódicamente no hay evidencia alguna de afectaciones a su salud", añade.

Con tales cualidades, los clientes aseguran que los postes salidos de la industria pinareña se pueden comparar perfectamente con los que se importan en otras zonas del mundo. Un detalle fundamental, teniendo en cuenta que el costo promedio de cada uno de ellos, según el director de la planta, es de alrededor de 82 CUC, mientras que en el mercado internacional, su adquisición demandaría entre 220 y 250 dólares. O sea, que a parte de generar decenas de empleos y reducir la dependencia de los mercados foráneos, la actividad de la planta, implica un importante ahorro de divisas para el país.

"El grueso de la producción (el 85%) corresponde a los postes de 9,2 y 10,7 metros, aunque también se obtienen de otras dimensiones, desde 7,5, hasta los de 15 metros de largo --afirma Francisco. Ello con una duración estimada entre los 15 y los 20 años, casi el doble de lo que permitía la tecnología anterior (entre ocho y 12 años)", agrega.

Aunque se dice fácil, en la práctica, alcanzar estos resultados demanda un esfuerzo considerable y muy bien sincronizado, para que no halla baches en una actividad que transita por tres momentos cruciales, antes de lograr la producción terminada: primero el corte y el acopio de 30 mil pinos anuales, en intrincadas áreas de tala.Luego el torneado, y por último la impregnación dentro de la autoclave, después de un proceso de secado natural que demora alrededor de dos meses.

Solo entonces, los troncos de miles de árboles que durante alrededor de 30 años crecieron en los bosques de Macurije, están en condiciones de volver a ser fijados a la tierra, para sostener los tendidos que conducen la electricidad y la telefonía a cada rincón de Cuba.

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