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María la Gorda, leyendas detrás de un nombre

María la Gorda, leyendas detrás de un nombre

Escrito por  Elena Milán Salaberri

 

A 304 kilómetros rumbo oeste de La Habana, el centro Internacional de Buceo, María la Gorda, en la península pinareña de Guanahacabibes, añade al hechizo de sus proverbialmente hermosos fondos marinos, el de las varias leyendas que tratan de explicar el simpático apelativo.

Su nombre está asociado a diversas mujeres; una de ellas, la indígena venezolana atrapada por los piratas y que ulteriormente fue abandonada en el occidente cubano, en esa playa de unos ocho kilómetros y aguas cristalinas.

La referida aborigen, llamada María, se instaló en el lugar y abrió una posada donde ofrecía alimentos y placer a los filibusteros que arribaban al lugar, y al parecer su nombre unido al físico sirvieron para atribuirle al territorio su actual denominación.

Pero otros relatos de la oralidad popular, mantenidos al paso de los siglos, narran otros probables orígenes que tienen también como punto de partida su origen piratesco y concuerdan acerca de la historia de una joven que fue raptada y quedó, como parte del botín, junto a otras mujeres, en poder del pirata que hacía de este lugar su campamento habitual.

Existen contradicciones sobre María, al señalar su origen portugués o español y al ubicar la población saqueada - y por lo tanto, punto de partida de la leyenda- en Venezuela ,como la anteriormente citada, u Honduras.

De todas formas existe también un aval sobre su origen portugués, y vinculado al hecho de que una pirata nombrada María Cruz, de esa nación, haya existido realmente, alrededor de 1820 y visitara esta costa con frecuencia.

Sin embargo, la versión más popularizada es la de la María, saqueada de un país latinoamericano por los piratas.

Según esa historia, poco después del rapto, ella quedó con sus compañeras en este lugar, frecuentado por embarcaciones, dada la posición geográfica, y que con sus artes y encantos convenció a su guardián y luego dominó al resto, convirtiéndose ella misma en pirata y más tarde, ya gruesa y vieja, se hizo dueña de almacén, fonda y posada para los contrabandistas.

Sea cual fuere la verdad, hoy los hermosos arrecifes voladizos de ese litoral, llevan el nombre de "tetas de María la Gorda", encanto de un sitio que combina las leyendas con los poderes de la naturaleza.

Se trata de una de las zonas naturales más vírgenes del archipiélago cubano, con una amplia franja de arenas blancas bañadas por el Mar Caribe, ricas y extensas áreas de vegetación costera que dan lugar a la conocida playa y donde se ubica el Centro Internacional de Buceo.

 

 

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