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Asombroso parto de hembra equino deja atónitos a los pinareños

Asombroso parto de hembra equino deja atónitos a los pinareños

Escrito por  Alina López Ochoa

El 12 de mayo será inolvidable para el campesino consolareño Lázaro Luis Matanzas. Ese día su yegua Carola saludó el amanecer con el nacimiento de dos descendientes.

Lázaro quedó atónito. No podía creer lo que veía. Su alarma creció al comprobar que acompañaban a Carola una potrica y un mulito al que luego llamarían Linda y Dichoso.

En auxilio del hombre llegó la esposa, Caridad Okawa, quien recuerda que el pasado seis de junio en la mañana Carola tuvo monta con un caballo y en la tarde con un burro.

Evidentemente los dos la gestaron.

La afirmación es corroborada por Orestes Amador Leira, al frente de los servicios veterinarios en Consolación del Sur, lugar de residencia de Lázaro y su familia.

No es común que en la reproducción equina suceda algo similar. Por sus características reproductivas ella debe quedar gestada de un equino o de un asno, pero no de los dos.

Este es un fenómeno que llama la atención porque las yeguas son uníparas, son policíclicas estacionarias de ciclo largo.

Iniciado el período de gestación, Carola debió esperar entre 333 a 335 días para el feliz y asombroso alumbramiento. Ese, claro está, es el período aproximado para la gestación de un equino. Para parir el asno tenía que aguardar un año.

Por ese motivo, explica Amador, el estado de salud de la potrita es muy bueno, ella nació a término. Pero no sucede lo mismo con el mulito, es un prematuro inmunodeprimido y ello trajo como consecuencia la presencia de una honfalitis que lo condujo a una poliartritis seguida hoy por nuestros servicios médicos.

No obstante, el mulito tiene buena vitalidad, mama adecuadamente y es objeto de un tratamiento especializado que consideramos le ayudará a sobrevivir, asegura Amador quien quiere compartir sus inquietudes con el resto de la comunidad veterinaria cubana.

Mientras esto sucede Leandro, el pequeño nieto de Lázaro Luis y Caridad, llega al humilde lugar de la familia para regalar sus caricias a ambos animales.

Linda, con su clara pelambre, siente el apretado abrazo del pequeño de tres años mientras Dichoso contempla la escena en espera de sus mimos.

El mulito despierta el candor del visitante y parece agradecer la ternura con que todos lo reverencian.

 

 

Ellos forman parte de mi familia, dice Lázaro Luis e intenta ocultar el brillo de sus ojos. Sale entonces en busca de Carola para darle de comer y agradecer el Sui Géneris regalo que le hiciera aquel 12 de mayo y que ya alimenta las anécdotas de más de un pinareño.

Ajena al interés que despierta, Carola y sus hijos no pasan indiferentes ante el mundo que podría inscribir en su libro de récord este insólito parto múltiple de una yegua.

 

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