La labor de investigación-producción a buen paso en la estación de tabaco

En los primeros años del siglo pasado, el cultivo del tabaco en Cuba estaba sustentado por plantaciones totalmente heterogéneas, debido a la falta de control técnico en la producción de semilla.

La diversidad de variedades inferiores en nuestros campos por ese entonces, impedía que se impusiera la calidad.

La necesidad de crear un centro que se encargara de resolver estos temas y permitiera que el tabaco cubano gozara de buena salud, dio origen a la estación experimental de San Juan y Martínez, creada a finales de enero, hace 75 años.

En la institución vueltabajera se comenzó a buscar, hasta obtener en 1940, la variedad comercial “Criollo”, un producto único en el mundo por su indiscutible e inigualable calidad organoléptica.

El Doctor Nelson Rodríguez, director del centro explica que esta es la segunda institución científica más antigua de Cuba, después de la “Alejandro de Humbolt” de Santiago de las Vegas.

Rodríguez señala que el trabajo de obtención de nuevas variedades resistentes al moho azul y otras enfermedades que afectan al cultivo, forman parte de la composición varietal del sector productivo, luego de los correspondientes estudios fitotécnicos.

Algo que distingue a la estación es el vínculo directo con los productores. En amplias áreas se prueban las variedades, y se realizan estudios de suelos que van acompañados de instructivos y seminarios a los campesinos.

Hoy las variedades de tabaco obtenidas aquí se cosechan en casi todas las provincias cubanas con buenos resultados.

Muchos han sido los reconocimientos y premios alcanzados por el colectivo de trabajadores de la Estación a través de su historia.

Ellos, con su labor, han contribuido en gran medida a conservar la calidad del tabaco negro cubano; ese al que, según nuestro Héroe Nacional José Martí, Cuba debe nombradía y riqueza.